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Ni el primer plebiscito para cambiar la constitución votado el 4 de septiembre de 2022, hecho a medida de la izquierda, que obtuvo un contundente rechazo del 61.89%. Ni el ahora presentado por la derecha han podido satisfacer a los chilenos. Solo queda mantener la Carta Magna vigente elaborada durante la era de Augusto Pinochet en 1980 y con cambios sustanciales hechos en 1989 y en 2005.
Chile volvió a rechazar una nueva propuesta para cambiar la Constitución vigente desde el régimen de Pinochet. De acuerdo a los últimos datos escrutados al 99.97% por el SERVEL (Servicio Electoral de Chile), el “En Contra” se impuso al “A favor”, con un 55.76% ante un 44.24%. Después que se conocieran las cifras, el presidente Gabriel Boric indicó que no se llevará a cabo otro proyecto para una nueva constitución en Chile durante su gestión, enfatizando que existen otras prioridades que requieren atención.
Con una participación del 84.48%, tras los resultados la izquierda chilena respira con cierto alivio, mientras que la derecha recibe una “derrota” bastante tranquila. “Mi esperanza es que hoy se cierre una etapa triste de nuestra historia que comenzó con un estallido delictual que desestabilizó nuestra institucionalidad y nuestra convivencia y que termina esta noche con una masiva y contundente manifestación democrática que cierra este ciclo de discusión constitucional”, dijo el líder del Partido Republicano de Chile, José Antonio Kast.
En una misma línea, a pesar de ser rivales políticos, el presidente Boric indicaba en una rueda de prensa sin preguntas: “durante nuestro mandato se cierra el proceso constitucional, las urgencias son otras. El proceso constituyente estaba destinado a traer esperanza y finalmente ha generado frustración y hasta hastío en una parte relevante de la ciudadanía y eso no podemos ignorarlo”. La actual administración de coalición de izquierda deberá enfocarse primero en abordar el tema de la seguridad en el país, una cuestión importante que ha sacudido la nación de O’Higgins en la última década, así como las pensiones, la salud y la migración.
La derecha chilena sale “beneficiada” en cierto aspecto, si no se aceptaba la nueva constitución redactada por una mayoría conservadora, se mantenía la actual Carta Magna elaborada en la época de Pinochet. No hay un cambio transcendental. El “En Contra” no puede ser celebrado por la izquierda y menos por la derecha, lo que si deja en claro es la “casta” política, no ha entendido bien el reclamo de los chilenos con el estallido social de 2019.
A pesar de que esta segunda propuesta constitucional, con una gran firma de la derecha liderada por José Antonio Kast, quien lleva recorriendo Chile desde hace meses, haya sido rechazada, no se traduce como una gran derrota para el republicano, quien se posiciona como un fuerte contendiente para las siguientes elecciones generales que se realizarán a fines de 2025.
Los resultados de ambos plebiscitos solo revelan una realidad y esta es diferente al discurso político: un cambio de constitución ya no figura como un punto central a tratar para los chilenos. Queda claro, en este contexto, una desconexión entre la narrativa política y las preocupaciones reales que vive el país. En 2024 se realizarán las elecciones municipales y de gobernadores en Chile, lo que de cierto modo será un termómetro que anticipa el pulso político que prevalecerá en 2025 con las presidenciales. En Chile se cierra la etapa que empezó con el estallido social en octubre de 2019.