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El expresidente de Chile, Augusto Pinochet, y la primera primer ministro del Reino Unido, Margaret Thatcher, ambos figuras políticas que dejaron una marca indeleble en la historia de sus respectivos países y en la política internacional. A pesar de sus orígenes y contextos políticos diferentes, ambos líderes compartieron una relación que fue, al mismo tiempo, cercana y controvertida.
En un curioso paralelismo, mientras Pinochet gobernaba con mano de hierro en Chile, Thatcher, líder del Reino Unido, se ganaba el apodo de la ‘Dama de Hierro’.
Por un lado, Augusto Pinochet llegó al poder en Chile tras el golpe militar de 1973 que derrocó al presidente Salvador Allende, quien se suicidó en ese momento. Durante el gobierno militar, Pinochet lideró cambios profundos en Chile, concentrados en contra del comunismo y en mejoras a la economía del país, esto se prolongó casi dos décadas, sin embargo, también estuvo caracterizada por la represión política y los flagrantes abusos contra los derechos humanos. Este periodo de administración militar fue objeto de condena internacional debido a la persecución de opositores políticos, desapariciones forzadas y torturas.
Por otro lado, Margaret Thatcher se convirtió en la primera mujer en ocupar el cargo de Primer Ministro del Reino Unido en 1979. Su liderazgo se caracterizó por políticas económicas conservadoras y una firme defensa del neoliberalismo. Thatcher ganó notoriedad como la «Dama de Hierro» debido a su determinación en la toma de decisiones y su posición inflexible en asuntos como la privatización de empresas estatales y la reducción del poder sindical.
La amistad entre Pinochet y Thatcher
La relación entre Pinochet y Thatcher estuvo basada en afinidades ideológicas y políticas. Ambos líderes compartían una férrea oposición al comunismo y una creencia en el libre mercado como motor del desarrollo económico. Thatcher manifestó públicamente su apoyo a Pinochet, llegando a visitar Chile en 1998, una acción que generó controversia y críticas tanto a nivel nacional como internacional.
Durante el gobierno de Pinochet, el Reino Unido vendió armas a Chile, a pesar de las denuncias de abusos contra los derechos humanos. Esta relación comercial y política fue fuertemente criticada por grupos de derechos humanos y opositores políticos, quienes acusaron a Thatcher de dar respaldo implícito al régimen chileno.
El economista austriaco Friedrich Hayek, considerado como una influencia intelectual clave para Thatcher, visitó Chile para observar el experimento económico de Pinochet. Hayek incluso llegó a recomendar el modelo chileno a la primera ministra británica como un ejemplo de lo que podría lograr con sus políticas de privatización en el Reino Unido, según relata el académico de la Universidad de Nueva York, Greg Grandin, en su libro «Empire’s Workshop: Latin America, the United States, and the Rise of the New Imperialism».
Pero la relación escaló a un nivel más intimo cuando Chile decidió brindar el apoyo a Reino Unido en la Guerra de Las Malvinas. Ese aspecto de la relación entre Thatcher y Pinochet se evidenció en octubre de 1998, cuando el general chileno fue arrestado en Londres tras una orden de detención internacional emitida por el juez español Baltasar Garzón. El magistrado español buscaba la extradición de Pinochet para enjuiciarlo en España por crímenes de lesa humanidad. Durante el arresto domiciliario de Pinochet, Thatcher expresó públicamente su apoyo al militar chileno.
En una reunión, Thatcher exclamó mientras fijaba su mirado en un anciano Augusto Pinochet: “estoy muy consciente que usted trajo de regreso la democracia. Usted le dio a Chile una constitución, la puso en vigencia, sostuvo elecciones libres y de acuerdo con el resultado entrego el mando de gobierno”. Asimismo, agregó la británica en esa misma reunión: “quiero agradecer… en segundo lugar por dar una nueva era a Chile fundada en verdadera democracia”.
En una carta publicada en el diario The Times, Thatcher argumentó que Pinochet, senador vitalicio chileno de 82 años, desempeñó un papel crucial en la reducción de la duración de la Guerra de las Malvinas entre el Reino Unido y Argentina en 1982, lo que permitió salvar muchas vidas británicas. La ex primera ministra británica enfatizó que el general Pinochet debería ser autorizado a regresar a Chile sin demora. Además, se mencionó que Pinochet había visitado la casa de Thatcher poco antes de su arresto, donde compartieron un té.
El biógrafo de la ex primera ministra británica, Charles Moore, reveló en el tercer volumen de su libro «Margaret Thatcher, herself alone» que la expremier envió una botella de whisky escocés a Pinochet mientras este estaba detenido en Londres, como un gesto para animarlo durante su arresto. Mostrando la amistad entre ambos líderes.
Los legados de Pinochet y Thatcher continúan siendo objeto de debate en la actualidad para ciertos sectores. Mientras Pinochet es recordado por la represión y no perdonado por la izquierda chilena, no obstante, la derecha ha hecho un trabajo de valorizar el legado del buen trabajo de Pinochet. En Europa, Thatcher es admirada por algunos como una líder fuerte que revitalizó la economía británica. Sin embargo, también es criticada por políticas que, según algunos, profundizaron la desigualdad y afectaron a comunidades vulnerables.
Aquí vienen mis conclusiones, Reino Unido ganó la guerra de Las Malvinas gracias a Pinochet, de eso no hay duda. Probablemente, sin Allende no hubiera habido Pinochetazo. Perú. Por último, era necesario que Augusto Pinochet Ugarte sacara a Allende del poder para recuperar Chile de la desgracia comunista y económica que esta traía. De esta forma quiero enviar un mensaje claro a La Moneda, no utilicen el dinero de los chilenos para hacer una conmoración del suicidio de Salvador Allende.