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Mientras la comunidad internacional pide diplomacia para resolver la escalada bélica entre Israel e Irán, que podría arrastrar al mundo a una tercera guerra mundial, la situación realista es un alto apoyo a Israel. Occidente está unido en una sola idea: Irán no debe desarrollar ni poseer armas nucleares.
El agravamiento de este conflicto ya constituye una guerra no declarada. Ante ello, Donald Trump ha exigido la “rendición incondicional” del gobierno iraní, asegurando que Estados Unidos tiene el “control total” del espacio aéreo del país persa, algo también señalado por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quien afirmó tener “plena supremacía aérea sobre Irán”.
Las últimas declaraciones de Trump a través de Truth Social sugieren una posible intervención estadounidense en la guerra entre ambos países. “Sabemos exactamente dónde se esconde el llamado ‘Líder Supremo’. Es un blanco fácil, pero está a salvo allí. No vamos a eliminarlo (¡matarlo!), al menos no por ahora. Pero no queremos que se disparen misiles contra civiles ni contra soldados estadounidenses. Nuestra paciencia se está agotando”, así lo expresó en su propia red social.
En una entrevista con ABC, Netanyahu no descartó la posibilidad de asesinar al líder supremo iraní, Ali Jamenei, argumentando que tal acción podría “poner fin al conflicto”. Por su parte, el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, insinuó que Jamenei correría con la misma suerte que el exdictador iraquí Sadam Hussein, quien fue capturado por tropas estadounidenses en 2003 y ejecutado en 2006.
Se ha hablado mucho sobre eliminar a Alí Jamenei, sin considerar a sus posibles reemplazantes de no caer el gobierno, siendo el principal candidato su hijo, Mojtaba Jamenei, quien probablemente también se encuentra en un búnker fuertemente custodiado. Todo esto mientras Israel ya ha asesinado a una docena de la cúpula militar iraní.
Israel y Estados Unidos han asegurado tener planes para asesinar al líder supremo. No cabe duda de que Irán también desea matar a Netanyahu, uno de los arquitectos del Israel moderno, quien ha dirigido el país durante 17 años no consecutivos desde 1996. Ya en febrero de este año, Netanyahu aseguró que intentaban asesinarlo: “Irán intentó matarme a mí y a Trump”.
Reza Pahlavi, hijo del último Sha de Irán, exiliado en Estados Unidos, es una de las figuras opositoras más visibles del régimen iraní y aspira a restaurar la monarquía constitucional. Ha declarado el “fin irreversible” del régimen teocrático, exhortando al pueblo iraní a levantarse “de Bandar Abbas a Bandar Anzali”, aludiendo a los puntos del sur al norte del país. Desde sus redes sociales, retrató a Jamenei como “una rata asustada”, aislada y sin control de la situación. “Lo que ha comenzado es irreversible. El futuro es brillante”, escribió en X.
Estados Unidos e Israel han afirmado en múltiples ocasiones que todos los civiles deberían evacuar la capital iraní, Teherán, tan pronto como sea posible. Estas advertencias, junto con las demás declaraciones de ambos gobiernos, deben interpretarse como una señal de un inminente golpe decisivo contra el régimen iraní, instaurado tras la revolución islámica de 1979, ¿su fin? Muy probablemente.