Eduardo Bolsonaro: “Ojalá no tenga que estar exiliado toda mi vida como muchos cubanos”

Tras Jair Bolsonaro, Eduardo es la figura más emblemática de la derecha en Brasil y uno de los protagonistas de la creciente confrontación entre el bolsonarismo y las instituciones brasileñas bajo la presidencia de Lula da Silva.
Por 29 de julio de 2025
Eduardo Bolsonaro. Foto: Newsyman
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Brasil enfrenta una situación política compleja, que han impactado también los ámbitos económico, judicial y diplomático, tras las recientes medidas impuestas por el Supremo Tribunal Federal (STF) contra el expresidente Jair Bolsonaro, entre ellas el uso de un grillete electrónico, la prohibición de usar redes sociales, comunicarse con embajadas o incluso hablar con su propio hijo, Eduardo Bolsonaro, el clima político en Brasil se ha vuelto aún más tenso. La familia Bolsonaro denuncia ser víctima de una persecución política liderada por el ministro del STF Alexandre de Moraes.

En conversación con este medio, Eduardo resumió sus objetivos en tres puntos clave: “amnistía amplia, general e irrestricta; elecciones limpias y transparentes; y una Suprema Corte sin el violador de derechos humanos, Alexandre de Moraes”.

  • Hablemos de Alexandre de Moraes.

Alexandre de Moraes es el principal problema que tenemos en Brasil, porque está delante de una afrenta política y está utilizando su investidura como juez de la Suprema Corte para hacer cosas increíbles y, notablemente, ilegales. Por ejemplo, no hay espacio para dudas cuando pone, por ejemplo, el congelamiento de las cuentas bancarias de mi esposa, que no tiene nada que ver con lo que está pasando en Brasil.

Cuando pone adelante investigaciones porque el secretario de Estado, Marco Rubio, habló de que está pensando que probablemente puede sancionar a Moraes. Y después de eso, Alexandre de Moraes abrió una investigación contra mí porque yo me encontré con un parlamentario de Estados Unidos. Fue el congresista Cory Mills quien preguntó a Marco Rubio sobre esta posibilidad durante una audiencia en el Congreso de Estados Unidos.

Por ejemplo, está dejando sin redes sociales a Jair Bolsonaro antes de que reciba una condena. Entonces, hay un montón de cosas más, y estas no son las cosas más pesadas que ha hecho Alexandre de Moraes. Por ejemplo, hoy está en la cárcel el diputado Daniel Silveira, con una condena de casi nueve años por colgar un video donde habla palabras malas contra jueces de la Suprema Corte, pero sin ninguna amenaza efectiva.

Yo no creo que una democracia ponga a diputados nacionales en la cárcel por colgar videos en los que salen a hablar cosas. Y, encima de más, en Brasil tenemos en nuestra Constitución el artículo 53, que es el artículo que habla de las inmunidades parlamentarias. Es decir, nosotros, los parlamentarios, somos totalmente inviolables por opiniones, palabras y votos.

Entonces, ¿qué está haciendo Alexandre de Moraes? En Estados Unidos se conoce como weaponization del judiciario, y esto Trump lo sufrió fuertemente. Entonces, es imaginable que Trump tenga mucha empatía por Bolsonaro, por mirar en Bolsonaro cómo sería la vida de Trump si no fuera presidente de Estados Unidos. Todo eso está dentro de este escenario donde más y más la prensa internacional se da cuenta de quién es Alexandre de Moraes. No solamente la prensa de derecha, sino también la prensa más cercana a la izquierda.

  • ¿Te imaginas a Alexandre de Moraes algún día siendo investigado o incluso juzgado? ¿Lo ves como una amenaza personal o como un riesgo para todo Brasil?

No solamente para todo el país, sino para toda la región, para todo Occidente, principalmente. Por ejemplo, recién él estaba involucrado en medio de un tema en el que la Suprema Corte de Brasil decidió por la regulación de las redes sociales, y esto, interfiere e impacta directamente en los intereses de compañías de Estados Unidos. También formó y creó un nuevo aparato de censura que puede ser exportado a otros países.

Entonces, seguramente Trump —así como se vio en la charla de JD Vance en Alemania, en marzo, creo—, luchadores por la libertad de opinión, por la libertad de expresión, por la Primera Enmienda de Estados Unidos, no van a dejar que Alexandre de Moraes haga eso de manera confortable. Este punto de la regulación de las redes sociales es uno de los puntos que Trump trata en su carta, donde también habla de la persecución judicial contra Jair Bolsonaro, sus familiares y sus apoyadores. Y acto continuo, en consecuencia, puso la más grande tarifa de todo el mundo para Brasil: del 50%. Mientras que otros países tuvieron una tarifa de 20, 30%, Brasil tiene una del 50%, y Trump lo dejó claro: porque en Brasil no pasa solamente un tema económico, sino también un tema de crisis institucional, que es esta persecución política.

  • Respecto a las medidas que ha tomado Estados Unidos, ¿crees que son suficientes o va a haber más?

Hay una gran expectativa de que se va a hacer más. Una gran expectativa de que va a ser aplicada la Ley Magnitsky Global Act contra Alexandre de Moraes, que es popularmente conocida como la pena de muerte financiera, porque a ellos no les importan los brasileños. A ellos no les importa que todo el país esté tomando 50% de aranceles; a ellos les importan sus condiciones individuales.

Entonces, hay una gran expectativa. Hasta algunos hablan de un pronóstico para la próxima semana, de que se empiecen a hacer este tipo de sanciones, no solamente contra Alexandre de Moraes, sino también contra su mujer, que es una abogada, Viviane (Barci de Moraes), que empezó a ganar mucha plata después de que su marido, Alexandre de Moraes, se fue para la Suprema Corte. Incluso otros ministros más, porque esta es una decisión política que, seguramente, Trump, recibiendo los consejos de Marco Rubio y otras personas más de la Casa Blanca, va a decidir. Y creo que por ahí puede comenzar a aumentar demasiado el costo de mantener a Alexandre de Moraes, un violador de derechos humanos, dentro de la Suprema Corte de Brasil.

Y yo estoy seguro de que, con Alexandre de Moraes aislado, el Congreso de Brasil no seguirá bajo sus amenazas y podrá votar, por ejemplo, lo que llamamos nosotros el proyecto de ley de amnistía, para que todos los involucrados en el 8 de enero y otras personas más que están sufriendo con esta persecución de Alexandre de Moraes no tengan más problemas en los tribunales, y puedan —hasta los asilados como yo— volver a Brasil.

Incluso también vamos a mirar la posibilidad de que Jair Bolsonaro pueda presentarse como presidente en las elecciones del próximo año, porque él está delante en un montón de encuestas presidenciales.

  • Jair Bolsonaro está inhabilitado políticamente hasta 2030. ¿Quién tomaría la candidatura? ¿Michelle Bolsonaro, su esposa? ¿Tarcísio de Freitas? ¿Romeu Zema? ¿O usted?

Esa es una decisión que va a caber a Jair Bolsonaro, y seguramente la persecución que está sufriendo es por cuenta de ese liderazgo en las encuestas. Por donde salga, Jair Bolsonaro recibe un montón de personas y todos quieren sacarse fotos. Es una popularidad increíble que solamente él tiene.

Lo que estamos tratando nosotros es que, si no es él, seguramente será otra persona, pero cuanto más conservador, cuanto más anti-establishment sea, más complicada es esa candidatura para presentarse el próximo año. Entonces, por ejemplo, yo, que nunca tuve problemas con la justicia, ahora recién Alexandre de Moraes, está abriendo una investigación contra mí, acusándome de abolición violenta del Estado democrático de derecho. Algo que puede dar hasta 12 años de cárcel.

Incluso también hay otro crimen más del que me están acusando, que es instigar o incitar a autoridades extranjeras a actos de guerra o invasión del territorio brasileño. Es decir, están pensando que yo estoy hablando con Trump para que Trump invada Brasil. Y eso son ocho años más que se pueden sumar a la cárcel.

Entonces, es un loco con una caneta que está haciendo de todo para no permitir que exista una real derecha, una real oposición a Lula da Silva en las elecciones del próximo año. Y en este escenario, es complicado hablar de quién podría presentarse.

Yo creo que, hasta las elecciones del próximo año, en octubre, muchas cosas van a cambiar. Él mismo ya habló recientemente de que solamente va a elegir, caso sea necesario, un sucesor en el próximo año. No hay necesidad de hacer una anticipación, porque el sistema quiere que Bolsonaro haga eso, una vez que él diga: “Mira, esta persona va a ser mi persona en la elección de 2026”; ahí pierde capital político, pierde relevancia, y entonces la Suprema Corte se queda más confortable para poner a una persona así, sin tantos reflectores, en la cárcel. Entonces, todo lo que pasa con Bolsonaro hoy también necesita una mirada estratégica dentro de la Suprema Corte.

  • Su padre, Jair Bolsonaro, ha sido víctima de un intento de asesinato. ¿Usted teme por su seguridad personal?

En este momento no. Pero si se confirma mi candidatura, ahí yo hablaría que sí, porque ahí pasa a ser conveniente este tema de asesinar a alguien que sea anti-establishment o alguien más a la derecha. Como pasó con Uribe en Colombia, con Villavicencio en Ecuador, con mi padre en 2018 o con Trump en Estados Unidos. Eso siempre, siempre pasa. Curiosamente, nunca pasa con personas más a la izquierda. Entonces, esto sería una preocupación si me presento, si confirmo como postulante a la presidencia en 2026. Pero en este momento, no, porque las personas que van a intentar matarme tendrían que salir, que fugarse a algún sitio o salir de Estados Unidos, y eso es más complicado. Exige más sofisticación para hacerlo.

  • ¿Cómo influye la situación política en Brasil en tu decisión de postularte o no?

Mira, el escenario ideal, el escenario democrático, es que dejen a Jair Bolsonaro postularse. Yo solamente no me voy a presentar si él no me elige o si él va a concurrir.

Entonces, ese es el escenario. Pero te adelanto que no tengo ganas de ser presidente, de ser candidato. Tengo ganas de recuperar la libertad en mi país.

Hay, por ejemplo, encuestas que indican que más del 60%, en realidad el 61% de los brasileños, tienen miedo de poner sus opiniones en las redes sociales. Entonces, un país como ese no es un país democrático; no hay preservación de las libertades. Igualmente, ya no hay herramientas dentro de Brasil para combatir todo esto.

Es por eso que estamos pidiendo ayuda de nuestros aliados en Estados Unidos —aliados de la libertad— y que, seguramente, con una mirada puesta en la preservación de esos intereses, en la preservación de los intereses de las empresas americanas en Brasil, no permitirán que un nuevo modelo de censura sea exportado a otros países de Latinoamérica. Es con ese espíritu que estamos luchando esta pelea.

  • ¿Cómo consideras a Lula da Silva? ¿Un criminal o alguien legítimo en el poder?

Es un criminal, seguramente. Nada cambió, y es increíble que en Brasil una persona salga de la cárcel y se presente a la presidencia de la república en la elección de 2022, altamente cuestionable. Por ejemplo, yo tuve que borrar posts en los que relacionaba a Lula da Silva con dictadores como Nicolás Maduro y Daniel Ortega de Nicaragua. No se podía hablar nada con relación a que Lula estuviera a favor del aborto o cosas como esta.

Por otro lado, ellos —los de la izquierda— podían mentir y hacer lo que quisieran contra nosotros. Entonces fue una elección donde pasó mucho de eso. Mi padre, por ejemplo, no podía ni empezar una transmisión en vivo desde su casa, porque tenía una decisión del Tribunal Superior Electoral, y el presidente de ese tribunal era Alexandre de Moraes, que decía que no podía hacerlo desde su casa porque eso sería una violación de la libre competencia con los otros candidatos, porque Bolsonaro era presidente y tenía cubiertos los gastos de la residencia oficial con dinero público.

Eso pasó con Bolsonaro y nunca había pasado en el pasado. No podía, por ejemplo, poner en su propaganda electoral imágenes de sus actividades internacionales, de charlas en las Naciones Unidas. Y eso siempre se permitió con Lula, se permitió con Dilma, pero con Bolsonaro fue prohibido.

Entonces, fíjate que estoy dejando de lado el tema de las maquinitas, de este proceso 100% electrónico, que es el proceso electoral en Brasil. Ni siquiera estoy hablando de las dudas sobre ese procedimiento; solamente mirando las decisiones de los tribunales, y ahí se nota que no fue una competencia justa. Y en un país donde todo se decidió por un uno por ciento de los votos, seguramente todo eso tuvo impacto. Por eso hablo de que no fueron elecciones normales.

  • Ya que tienes una vasta carrera política, ¿cuál fue la decisión o la elección más dura que aprendiste en toda tu carrera?

El 2022, seguramente. Porque, en realidad, estábamos peleando contra un enemigo cobarde que utilizó la low fare. Fue muy complicado hacer una campaña electoral en la que tus adversarios pueden hacer todo y tú, por otro lado, no puedes hablar de quiénes son tus oponentes políticos.

Entonces, fue una elección muy marcada, muy complicada, y ojalá, Brasil, no tenga que sufrir más con eso. Tengo mucha esperanza con la nueva configuración del Tribunal Superior Electoral, donde los jueces están siempre cambiando, son rotativos. En la próxima composición de estos siete jueces para 2026, las cosas también cambian. Y que nosotros tengamos más transparencia en el proceso electoral de Brasil. Tal vez con un voto impreso y con la posibilidad de hacer una auditoría del proceso electoral, y no solamente tener confianza en los burócratas que cuentan los votos centralizados desde una central en Brasilia.

  • ¿Alguna vez has pensado o sospechado que hay zonas dentro de tu círculo que podrían estar traicionándote o estar traicionando al Partido Liberal?

Mira, yo pienso que podría tener un apoyo más grande de mi partido en la situación en la que estoy aquí en Estados Unidos, porque igual sigo como diputado; estoy licenciado del Congreso. No estoy diciendo que mi partido sea traidor, pero las traiciones son algo normal, común en la política. Yo lucho para esclarecer a las personas, y cada uno hace su propio juicio: quiénes son traidores y quiénes no.

Pero te adelanto que, con un Alexandre de Moraes fuerte, básicamente lo que vamos a tener, en la mejor de las hipótesis, es una derecha débil. No va a haber una verdadera oposición, por más que algunos se vendan como reales opositores de ese sistema. Pero, con un sistema tan desequilibrado, seguramente ellos no van a permitir que realmente pongan el interés de las personas arriba de los intereses de los poderosos.

  • ¿Has hablado con tu papá sobre el legado que realmente dejará si fuera detenido?

No. Alexandre de Moraes me prohibió hablar con mi padre. Si hablo con mi padre, Alexandre de Moraes va a arrestarlo ahora antes de la condena.

  • ¿Cómo respondes a los que te acusan de desestabilizar Brasil por ser un puente entre Trump y tu país?

Orgulloso.

Normalmente, cuando me pongo a mirar los comentarios en mis redes sociales, las personas hablan de que estoy haciendo más que muchos otros políticos; teóricamente, hablan de que estoy haciendo de todo. Entonces, hay un reconocimiento muy fuerte respecto de mi trabajo aquí afuera y eso es porque muchos brasileños ya se dan cuenta de que no hay más herramientas dentro de Brasil para hacer cambiar las cosas. Si antes, con Bolsonaro presidente, ya teníamos un escenario complicado y difícil, imagina ahora que tiene a Lula da Silva sentado en la silla presidencial.

Entonces, eso no me molesta, porque estoy seguro de que estoy haciendo lo correcto. Me pregunto, acepto críticas y reflexiono para ver si realmente estoy haciendo las cosas ciertas de acuerdo con mis principios, y no haciendo cálculos electorales.

  • ¿Crees que Brasil se atreva a inhabilitar a tu partido, el Partido Liberal, de participar en las elecciones del próximo año?

Si ellos tuvieran la oportunidad, lo van a hacer. Pero ellos necesitan de una excusa para decir que están haciendo eso en nombre de la democracia.

Por ejemplo, mi partido cuestionó las elecciones de 2022 al propio Tribunal Superior Electoral y fue multado con 22 millones de reales, algo entre 3 y 4 millones de dólares. 22 millones porque Alexandre de Moraes es muy cínico: 22 es el número de mi partido. 

Cuando alguien quiere votar a Bolsonaro para presidente, se marca el 22.

Entonces, tenemos que tener mucho cuidado. Pero si se dan las condiciones perfectas, seguramente este sistema podrido va a intentar hacer lo mismo que está pasando con el AfD en Alemania. Empezaron con la narrativa de que son antidemocráticos, y de ahí los quitan de las elecciones. Ese es el sueño de este sistema, y contra eso estamos nosotros aquí afuera luchando.

  • Si tuvieras que priorizar entre tu futuro político o el de tu padre, ¿cuál elegirías?

Ver a mi padre fuera de la cárcel, porque no es un criminal y es apto para intentar la presidencia de nuevo en elecciones limpias y transparentes el próximo año. En ese escenario, yo iba a intentar ser senador por el estado de São Paulo. Para mí, ese sería el escenario perfecto. Y ojalá lo logremos, porque ese escenario perfecto también es el escenario de una democracia perfecta.

Mira, nunca luché por privilegios para mi padre. Nunca luché para que fuera elegido con el apoyo de tal o cual autoridad. Luchamos por elecciones limpias, para que no tengamos más presos políticos. Porque es complicado decir que Bolsonaro intentó hacer un golpe de Estado en un momento en que él estaba fuera de Brasil, en un acto como el del 8 de enero, que son vacaciones en Brasil. Donde arrestaron a un montón de personas, incluso viejitas de más de 70 años de edad. Personas que nunca tuvieron un arma, que no pasó ni un disparo, y que estas personas hoy están recibiendo condenas de hasta 17 años de cárcel.

Ese no es el Brasil que queremos. Ese no es el país que los brasileños quieren. Ese es el país de ese loco llamado Alexandre de Moraes, y ojalá, Trump lo ponga en su sitio adecuado.

  • Quiero preguntarte sobre el Foro de São Paulo y el de Puebla. ¿Crees que hay mucha presión internacional, quizá de la Unión Europea o de la izquierda latinoamericana, para darles un fin político a ustedes?

Sí, seguramente. Ellos están muy bien organizados y abastecidos con mucha plata pública. Mira que Brasil, de nuevo, puede hacer contratos con la narcodictadura de Venezuela. Brasil siempre ha sido esa vaca gorda que financia a estos otros países.

Cuando Lula fue electo por primera vez en 2002, estábamos en un punto donde Cuba estaba prácticamente colapsando y, por ejemplo, construimos con la plata de los brasileños, a través de centenas de millones de dólares, un puerto en Cuba, el puerto de Mariel, financiado por nuestro banco público, el BNDES.

Ellos siempre se están ayudando unos a otros, ya sea con formas de logística, de financiamiento o incluso de ideas. Ahora vemos que Lula envió un avión de la Fuerza Aérea Brasileña hasta Perú para recoger a la corrupta ex primera dama de Perú, Nadine (Heredia), y traerla a Brasil. Después, Lula fue a Argentina y se tomó una foto al lado de la expresidenta condenada Cristina Kirchner, con un papel que decía “Cristina libre”.

Esto sí es interferencia en otros países. Es una interferencia en el Poder Judicial de otros países. Es interferencia en la soberanía nacional. No lo que Trump está haciendo. Trump está defendiendo los intereses de las compañías americanas e incluso de los ciudadanos estadounidenses. Incluso porque Alexandre de Moraes emitió órdenes de arresto contra ciudadanos estadounidenses por post que ellos hicieron desde territorio norteamericano.

Todo eso está ocurriendo ahora, y mucho de eso va a justificar la aplicación de la Ley Magnitsky contra Alexandre de Moraes.

  • ¿Cuándo regresarás a Brasil?

Si regreso hoy a Brasil, seguramente voy a ser arrestado.

Entonces, primero tenemos que sacar a Alexandre de Moraes de la Suprema Corte para tener una mínima seguridad para que yo pueda volver a Brasil. O al menos quitarle sus poderes, para que él no siga haciendo estas barbaridades. Y ojalá no estemos muy lejos de ese día. Pero si es necesario, me quedaré aquí en Estados Unidos, trabajando contra ese sistema podrido, hasta que me queden fuerzas.

Ojalá no tenga que hacerlo por toda mi vida, como muchos cubanos que murieron en el exilio, y como muchos venezolanos que estamos viendo ahora. ¡Que Dios nos bendiga, que nos proteja! Lo único que estamos queriendo son solo tres cosas: amnistía amplia, general e irrestricta; elecciones limpias y transparentes; y una Suprema Corte sin el violador de derechos humanos, Alexandre de Moraes. Ojalá logremos todo esto, y yo pueda volver a Brasil.

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Manuel Alejandro Navarro

Periodista y escritor peruano, especializado en geopolítica y entrevistas.
Fundador y CEO del periódico digital Newsyman, defensor en Salud Mental.

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